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Conocer nuestra historia, saber de dónde venimos y por qué somos cómo somos, son cuestiones que han ocupado la humanidad desde siempre. Poder encontrar las respuestas, no solo contribuye a la construcción de nuestra propia identidad, sino que también aporta a la memoria colectiva de la sociedad, guardando en ella nuestras tradiciones, creencias, aprendizajes y experiencias.

Seguir nutriendo dicha memoria, fue, entre otros, el tema y propósito de la Jornada de Convivencia y Tolerancia, en el marco de la cual los estudiantes de II Medio de nuestro Colegio, junto a sus pares del Instituto Hebreo, participaron de distintas actividades en la Comunidad NBI, para llegar a conocerse y descubrir las similitudes y diferencias entre sus colegios, culturas y pasatiempos.

Fue así que, siendo el elemento central del encuentro, los jóvenes se reunieron en conversatorios, donde dialogaron sobre diferentes acontecimientos relacionados con la memoria de la comunidad judeo-alemana, cómo por ejemplo la vida judía en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial y los legados de los judíos alemanes, que dejaron huella en la historia. Además, los estudiantes tuvieron la oportunidad de escuchar a Susana Barón, quien, a través de una emotiva charla, compartió la historia de su padre, Max Girgulsky. Un jugador de fútbol judio de Eintracht Frankfurt, que se vio obligado a huir hacia Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, llevando consigo su camiseta, que hoy en día se encuentra exhibida en el Museo del Fútbol Alemán en Dortmund, como tributo a su resiliencia y valentía. Posteriormente, Claudio Engel, fundador del Museo Judío Alemán e impulsador y promotor del encuentro, narró la historia de su familia, resaltando la importancia de crear espacios e iniciativas que preserven testimonios históricos, en el afán de contribuir a una activa cultura del recuerdo.

En el evento también estuvieron presentes el Embajador de Israel en Chile, Sr. Gil Artzyeli, el Ministro Consejero y la Agregada Cultural de la Embajada de Alemania en Chile, Dr. Thomas Schmitt y Sra. Larissa Grütz, respectivamente. Asimismo, las alumnas y alumnos recibieron un saludo virtual de la Embajadora de Alemania, Sra. Irmgard Maria Fellner, desde la Bornplatzsynoagoge en Hamburgo, una de las sinagogas más grandes de Alemania, que fue devastada durante la Noche de los Cristales Rotos en 1938.

Estamos sumamente contentos que, lo que partió como un proyecto piloto con un número reducido de participantes el año pasado, se logró transformar en una experiencia de convivencia e intercambio para más de 200 jóvenes, y agradecemos a todos aquellos que hicieron posible esta actividad, que une a estudiantes de las comunidades germano-chilenas y judeo-chilenas a través de conversaciones significativas y encuentros individualizados, en un ambiente de tolerancia y respeto.

No obstante, los lazos fraternales y vínculos amistosos no son lo único que queda de este encuentro histórico. Fueron sobre todo la importancia del diálogo y la construcción de un futuro mejor, a partir de la memoria colectiva, los conceptos clave que los estudiantes se llevaron a sus casas. En breve, la tarea en común que tenemos de conocer y contar las historias de nuestras familias, para mantener viva la historia y recordar contra el olvido.